jueves, 2 de septiembre de 2010

El Palacio de Verano y nuestro viaje a Xian

Hoy ha sido tal vez el día más relajado de los que llevamos aquí. Nos hemos levantado a las 7,45 de la mañana y lo primero que hemos hecho ha sido ir a buscar el desayuno en los puestos callejeros que estaban cerca de nuestro Hostel. Al final hemos conseguido algo de fruta, unas empanadillas de espinacas, café y una especie de churros chinos por algo menos de 4 euros para todos.


Después de desayunar hemos cogido dos taxis que nos han llevado al Palacio de Verano. En su conjunto nos ha parecido más interesante y bonito que la Ciudad Prohibida. Es curioso ver como todos estos lugares están llenos de turistas chinos pero apenas hay turistas occidentales. ¿Dónde se meten los europeos y americanos que están de vacaciones en China? El Palacio de Verano ha sido restaurado varias veces, la última tras la quema de la Alianza Franco-inglesa a finales del siglo XIX. 


Entre sus construcciones más espectaculares está la torre del Budha, desde la que se tiene una vista espectacular de todo el terreno del Palacio, el barco de Mármol, una reconstrucción de las calles de Suzhou y el teatro imperial, donde hemos podido disfrutar de un concierto con instrumentos típicos chinos.

A las 3 de la tarde hemos salido del Palacio para volver al hostel a recoger nuestras mochilas y poner rumbo a Xian. En el taxi he convencido al conductor de que hablaba chino y le he cantado una sevillana mientras le hacía unos pases de torero, ¡OLE!. El hombre emocionado no paraba de hablarme a toda velocidad para luego repetirme más lento lo que me quería decir para que le entendiese. Todo un momentazo.


Hemos comido en un bar cerca del hostel unos noodles por 10 euros los seis, y de ahí nos hemos dirigido a Liuli Qiao, desde donde partía nuestro autobús. Por cierto, que mi chino va mejorando por días y ya hasta entiendo algunos caracteres como los números, las palabras entrada, salida o Xian. Dos semanas más aquí y hablo por los codos.


Lo cierto es que todos íbamos bastante acojonados de cómo sería el autobús en el que tendríamos que pasar 13 horas después del minibús que nos llevó sin aire acondicionado ni espacio a la Muralla China. La sorpresa ha venido cuando al subirnos hemos visto que viajamos en ¡UN BUS CAMA! Al subir tienes que descalzarte y guardar tus zapatillas en un compartimento para no atufar al resto de los viajeros. 


Estos chinos piensan en todo. Para ahorrar espacio cada uno mete los pies debajo del cabecero del que se encuentra delante, y aunque esto después de 9 horas de viaje (son las 3 de la mañana), no es tán cómodo ni limpio como se planteaba, al menos nos sirve para descansar antes de llegar a Xian. Nos hemos echado una capa de Relec por todo el cuerpo para evitar pulgas y derivados y el Para'Kito hoy tiene una oportunidad excelente de demostrar su eficacia contra el ataque de mosquitos.

En 4 horas llegaremos a Xian, donde podremos disfrutar del más grande descubrimiento arqueológico del mundo contemporáneo y del barrio musulmán. Una chica china nos ha comentado que no dejemos de probar la comida local en Xian, muy distinta a la del resto de China, seguro que Andrés, ya bautizado como la trituradora china, dará buena cuenta de todos los peculiares sabores que se encuentre.

1 comentario:

  1. ánimo Patri y Juan, desde Covaresa leemos vuestras aventuras.
    Un saludo Angel, Rosa y Fernando

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