miércoles, 14 de abril de 2010

por fin en manga corta¡¡¡

La mañana amaneció con el tan esperado sol, asi que tras revisar y dar unas vueltas a nuestra colada, nos fuimos a visitar Xian y ya de paso cogimos algún vehículo de los que nos gustan a nosotras.




Primeramente nos dispusimos a visitar la parte de extramuros, pues Xian posee una muralla que se dice que es la mejor conservada de toda China.

Desde la estación de autobuses tomamos el bus número 14, también el 5 se puede coger, te deja cerca de la gran pagoda de la Oca Salvaje, como el día estaba tan soleado y encima era Sabado el parque que rodea a la pagoda estaba a rebosar de gente y de puestecillos a los que no pudimos resistirnos, y probamos lo que para nosotras es el producto estrella de China, una brocheta de fresas caramelizadas…ya no dejaríamos el vicio en todo el viaje;



la sorpresa llegó cuando al abandonar el parque comienza a escucharse algo por los altavoces mientras multitud de gente se amontona al lado de los estanques, al rato comienza un espectáculo de agua y música estupendo, que nos mantiene con la boca abierta durante un buen rato.



La visita de la muralla es bastante aconsejable, nosotras íbamos escasas de tiempo y no pudimos recorrer mas que un pequeño trozo; la entrada es carilla, 8 euros, un verdadero abuso, menos mal que colamos la tarjeta de los hostels como carnet de estudiantes y nos cobraron 4 euros. A parte de las bonitas vistas, tenemos que reseñar esta falta de orden y limpieza que tienen los chinos, el paseo de la muralla estaba lleno de todo lo que se había utilizado en la celebración de la cabalgata del año nuevo, y no precisamente en un estado de almacenamiento para usarlo el que viene….un desastre¡¡




Tanto nos gustó la noche anterior el barrio musulmán que no pudimos mas que volver a comer allí, esta vez de restaurante, pues son muy afamados los raviolis de Xian (no les espereis con tomate como nosotras…), de nuevo Judith constató que cuando te ponen una guindilla dibujada en la carta mejor no lo pidas si no toleras el picante, MJ y yo como siempre encantadas con nuestras elecciones de dos guindillas.




A las nueve de la noche tomábamos nuestro primer tren en la aventura china y quedamos muy encantadas con la experiencia. Si coges billetes de primera tienes compartimentos de cuatro camas, duras, como siempre en China; una tenía que ir en otra habitación, tras un sorteo Marta fue la sacrificada, pero tuvo suerte, la tocó sola con otro hombre, que ella definió como limpisimo y educado.




Para tomar trenes en China hay que tomar una serie de precauciones, lo primero es reservar con al menos dos o tres días, pues puede ser que nos quedemos sin plazas. Lo segundo es improvisar en un papel un calendario para señalar el día que quieres viajar y poner la ciudad de origen y destino y las horas. En las taquillas no suelen hablar inglés, pero suele haber una en la que sí. Nosotras no tuvimos mayor problema, eso si, los billetes solo se pueden comprar desde la ciudad de origen, es decir, en Xian no pudimos comprar el billete para días después de Pekín a Shangai.

Abandonamos Xian con el buen sabor de boca que nos han dejado sus puestecillos callejeros y sobre todo esas brochetas de fresas que nos planteamos reproducir para vender en el próximo San Isidro.

Mención especial para Encar que no logró que fuésemos a ver a los osos panda, Encar, te llevaremos al zoo en Madrid¡¡ prometido.

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